El presidente Joe Biden ha tomado medidas para restringir la venta de arrendamientos de petróleo y gas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico en Alaska, en los últimos meses de su mandato. Según informa The Washington Post, su administración busca «reducir el alcance» de la venta en esta área protegida.
Esta acción se produce poco después de la reciente victoria electoral del expresidente Donald Trump, quien ha manifestado su intención de aumentar la perforación en la región. En 2017, Trump firmó una ley fiscal que exigía al menos dos ventas de arrendamientos en la llanura costera de 1,6 millones de acres del refugio antes de finales de 2024.
Dos semanas antes de que Trump dejara el cargo en 2021, el Departamento del Interior subastó el primero de estos arrendamientos a compañías petroleras y a una agencia estatal de Alaska. Sin embargo, la administración Biden suspendió y luego canceló esos arrendamientos, argumentando que el análisis de impacto ambiental realizado era insuficiente para una región tan sensible.
Estas decisiones han generado críticas por parte de legisladores republicanos de Alaska. El senador Dan Sullivan calificó la medida como un ataque «ilegal» a la industria petrolera y gasífera del estado, argumentando que la administración Biden permite que adversarios internacionales dominen los mercados energéticos y de minerales críticos mientras limita la producción nacional.
