El papá del jazz latino

Fue en 1926, que un joven clarinetista de 16 años llegaba a Nueva York con la orquesta de Don Antonio María Romeu, el famoso “Mago de las Teclas” para grabar danzones.

UniVista TV WEBTony Pinelli

Aunque aún le faltaba un año para terminar sus estudios académicos de clarinete, se le consideraba un prodigio, por su facilidad musical.

Ya poseía experiencia de haber tocado con orquestas desde los nueve años, pero en Harlem vio a las orquestas de Paul Whiteman, Tommy Dorsey y Fletcher Henderson, que lo impresionaron a tal punto, que decidió – desde su referencia musical cubana – escoger el jazz como destino profesional.

Al regresar a La Habana, se graduó y obtuvo el ofrecimiento de una beca para un postgrado en clarinete en la Universidad de Milán. Pero su decisivo interés en la música popular hizo que la declinara.

Clarinete en la Orquesta Filarmónica de La Habana

Así que se quedó como clarinete en la Orquesta Filarmónica de La Habana, saxo y clarinete en la orquesta de José Curbelo, saxo alto con la orquesta Los Diplomáticos y participa junto a Frank Grillo “Machito” en el septeto Jóvenes de Redención.

Volvió a New York en 1930 con la orquesta de Justo “Don” Aspiazu, con la que el famoso cantante Antonio Machín lanza El manisero de Moisés Simons en los EEUU, que fue el primer gran hit de la música cubana en el mercado del Norte y le abrió las puertas del éxito a la orquesta y a Machín, que comenzó una serie de grabaciones con un cuarteto instrumental con músicos de la propia orquesta.

Bauzá y Machín

Como Bauzá era su amigo y buen músico lo incluyó, pero él estaba como saxofonista así que en dos semanas aprendió a tocar trompeta, y se adaptó al cambio de embocadura, lo que logró gracias a su extraordinaria musicalidad y con Machín grabó una nutrida cantidad de discos.

Cuando Machín se fue a Europa, Mario Bauzá empezó eventualmente con las bandas de Nobel Sissle y Hi Clark y a finales de 1932 se une a Chick Webb, hasta que se encarga de los arreglos de la orquesta.

De lleno en el mundo del jazz

Su incidencia en el mundo del jazz se manifestó de muy diversas formas. Ya era una celebridad, por lo que lo invitaron un día a ser juez de un concurso de aficionados en el teatro Apolo de Harlem, donde vio a una muchacha con excelentes dotes para cantar y se la llevó a Chick Webb para que la contratara y gracias a ese interés de Bauzá y Benny Carter comenzó su carrera profesional la inmensa Ella Fitzgerald.

Posteriormente le organiza la banda a Cab Calloway y un día se fingió indispuesto para que lo sustituyera un trompeta que le había llamado la atención, pero Calloway no había querido escuchar. El trompeta que se llamaba John Birks “Dizzy” Gillespie, se quedó en la orquesta y comenzó su ascensión a la gloria.

En 1940, entra en la banda de su cuñado con quien ya había trabajado y crean “Frank Grillo y sus Afrocubans” donde se le da la oportunidad de aplicar sus conocimientos del jazz con una fusión de los elementos bien conocidos de la música popular cubana, con lo que logra un sonido al que se le fue llamando “afrocuban jazz” que sería una de las principales bases del desarrollo musical que engloba al concepto de “latin jazz” tan apreciado hoy.

Tanga de Mario Bauzá

“Tanga” de Mario Bauzá está reconocida como una de las piezas pioneras de esa forma de hacer.

Posteriormente le presenta al conguero cubano Chano Pozo a Dizzy Gillespie y de ahí se desarrolla la corriente jazzística del “Cubop”.

Don Mario Bauzá es fundamental en el desarrollo del jazz con elementos cubanos al cual se le fueron incorporando rasgos propios de otras maneras de hacer hispanas y caribeñas que han ido conformando el mágico sonar del llamado hoy “jazz latino”.

Nombres ilustres del jazz latino

A este género han contribuido nombres ilustres como Tito Puente, Chico O´Farrill, Cachao López, Bebo Valdés, Jack Constanzo, Tom Jobim, Joao Gilberto, Dámaso Pérez Prado y otras luminarias de diversos países latinos, además de los jazzistas norteamericanos como Charlie Parker, Stan Kenton y otros que contribuyeron a consolidar la corriente dentro del mundo de “la música de los músicos”.

Con Machito y sus Afrocubans

Con Machito y sus Afrocubans se mantuvo Bauzá 35 años, haciendo más de 500 arreglos y en 1976, junto a Graciela Pérez – que había llegado a la orquesta en 1943 para sustituir a Machito que había sido llamado al reclutamiento militar- formó su propia orquesta.

En la última recta de su carrera alcanzó la fama y el prestigio de su gran estatura como músico; en 1991 hizo un concierto con Dizzy Gillespie por su 80 cumpleaños, donde participaron figuras como Chico O´Farrill y Paquito de Rivera, entre otras importantes figuras del género.

En mayo de 1993 grabó su último disco y el 11 de julio de ese mismo año falleció en su amada Nueva York, para ser en Cuba una verdadera leyenda, superior al irrespetuoso silencio con que se le trató en los medios oficiales cubanos durante muchos años por vivir en los EEUU.

En el mundo del jazz, es sencillamente venerado y reconocido por todo lo que vale y brilla; la calidad y el toque personal de fusión entre el jazz y los ritmos cubanos aún causa admiración después de tantos años; fue el creador de “Tanga» la primera pieza de jazz latino según los historiadores del género y su aporte fue tan vital, que en cada descarga de jazz latino, Don Mario Bauzá y Cárdenas siempre va a estar presente.

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