Houston tiene un problema: SpaceX al rescate de astronautas atrapados en la ISS

Butch Wilmore y Sunita Williams dentro del vestíbulo entre el puerto delantero del módulo Harmony de la Estación Espacial Internacional y la nave espacial Starliner de Boeing el 13 de junio de 2024 | NASA

Miami, Florida – En una reciente rueda de prensa, la NASA ha confirmado que los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes han estado atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS) desde junio, regresarán a la Tierra a bordo de una cápsula Crew Dragon de SpaceX en febrero del próximo año. Esta decisión se tomó después de que la nave Boeing Starliner, que transportó a los astronautas al laboratorio orbital, experimentara problemas con algunos de sus propulsores durante el vuelo de ida, lo que llevó a la agencia espacial a reconsiderar su plan de regreso.

Bill Nelson, administrador de la NASA, anunció la decisión con un tono sombrío, subrayando que, aunque no fue fácil, era la correcta. El vuelo inicial en la Starliner había sido una prueba crucial para demostrar que la nave estaba lista para misiones regulares de rotación a la ISS. Sin embargo, los problemas técnicos observados plantearon dudas sobre la viabilidad de la nave para futuras misiones tripuladas. La Starliner, que solo tiene licencia para permanecer acoplada a la ISS por 45 días, ya ha superado ese límite en esta misión.

La decisión de la NASA tiene implicaciones estratégicas y empresariales significativas, ya que resalta la competencia feroz entre Boeing y SpaceX en la carrera espacial comercial de Estados Unidos. Mientras que Boeing recibió un contrato de 4.400 millones de dólares para seis vuelos, SpaceX ha logrado un acuerdo más económico de 3.500 millones por nueve lanzamientos, gracias a la reutilización de sus cohetes. El hecho de que una misión iniciada por Boeing tenga que ser rescatada por su competidor directo, SpaceX, representa una humillación para Boeing y subraya la ventaja tecnológica de la compañía de Elon Musk.

Jim Free, administrador adjunto de la NASA, destacó el arduo trabajo de Boeing para colaborar en la toma de esta decisión y aseguró que Starliner regresará sin tripulación, lo que permitirá un análisis exhaustivo de los fallos observados. A pesar de los desafíos, Nelson insistió en que sigue confiando al 100% en que la Starliner realizará más misiones tripuladas en el futuro.

Mientras tanto, en la ISS, Wilmore y Williams se han adaptado a la vida cotidiana de la Expedición 71, disfrutando de su tiempo en el espacio, que para ellos, según Williams, «se siente como volver a casa». La misión que comenzó como una prueba crítica para Boeing ahora se ha convertido en una lección de resiliencia y cooperación en la exploración espacial, con SpaceX una vez más demostrando su capacidad para cumplir en los momentos más cruciales.

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