Miami, Florida – Desde que el ex candidato opositor al chavismo, Edmundo González Urrutia, fue asilado en Madrid hace diez días, las relaciones entre España y Venezuela se han deteriorado rápidamente.
Este miércoles, mientras en Caracas la Asamblea Nacional —el Parlamento venezolano— avanzaba con su solicitud formal al presidente Nicolás Maduro de romper los lazos diplomáticos y comerciales con España, el Senado español, dominado por el Partido Popular (PP) con mayoría absoluta, se preparaba para reconocer a González Urrutia como el presidente electo legítimo de Venezuela.
A esta creciente tensión diplomática se suma la detención en Venezuela de dos ciudadanos españoles, acusados de participar en un complot para atentar contra Maduro, lo que ha llevado a España a exigir explicaciones.