Picadillo líquido de pollo, un asco por «apenas» 65 pesos

El sol de La Habana calienta los cuerpos de muchos cubanos que hacen cola frente a un cuchitril de venta de alimentos en La Habana. La calle es Carlos III; y el negocio, mitad bodega y mitad timbiriche. Lo particular de este local es un cartel donde ofrecen «picadillo de pollo».

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Además, el mencionado picadillo lo venden al módico precio de 65 pesos. El encargado, un mulato alto y sudoroso, no parece tener muy en cuenta procedimientos como lavarse las manos con frecuencia. Sin embargo, esto poco importa en este negocio a la hora de manipular alimentos.

Los cubanos tienen que comer alimentos de dudosa calidad / Captura desde 14ymedio

El asqueroso picadillo de pollo lo venden al módico precio de 65 pesos. El hombre que lo despacha, no parece lavarse las manos con frecuencia

La mayoría de la gente de la cola, la hace para comprar lo que puede pagar; el picadillo de 65 pesos. Sin embargo, nadie espera la asquerosidad de producto que va a recibir; y de paso, tener que pagar.

El llamado «picadillo de pollo» es altamante repulsivo. Su consistencia es casi líquida; tiene color de vómito y olor a podrido que se une al resto de los olores desagradables que dominan en la bodega y en toda esta visitada calle de La Habana.

En una muestra de absoluto estoicismo, los clientes reciben el asqueroso producto sin quejarse. Ya encontrarán la manera de cocinarlo para que pueda alimentarlos. En la Cuba donde el nieto de Fidel Castro conduce a toda velocidad su deportivo de lujo y derrocha los «odiados» dólares a rabiar; el cubano de a pie tiene que ingeniárselas para convertir cualquier asquerosidad en alimento.

Por supuesto, la propaganda de la dictadura cubana hablará sobre los grandes logros del régimen en la alimentación de los cubanos. El picadillo nauseabundo de pollo es la mejor prueba de ellos.

Fuente: 14ymedio.