¿Por qué hemos tenido tan buen tiempo en plena temporada ciclónica?

A principio de la temporada de huracanes, los pronósticos decían que sería más intensa que la pasada. Sin embargo, han transcurrido dos meses y afortunadamente por nuestras costas no ha aparecido ningún ciclón.

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Antes que usted salga a dar vítores y decir que “estamos salvados”, que “este año no toca huracán”, le compartiremos algunos detalles interesantes.

Según un reporte de NOAA, la autoridad meteorológica de EEUU, la poca actividad ciclónica en el Atlántico, hasta la fecha, se debe a una nube de polvo proveniente del desierto de Sahara.

Este fenómeno puede influir en la formación e intensificación de los ciclones tropicales. Como lo oye, el polvo del Sahara, que anda volando por ahí, hace que muchos ciclones “nazcan muertos”, sin fuerza para desarrollarse. Esta nube “al ser un 50% más seca, puede debilitar la formación de un ciclón o una tormenta”, afirma NOAA.

Por otra parte, el polvo del Sahara es el causante de los atardeceres tan espectaculares, con colores tan intensos que hemos disfrutado últimamente.

Sin embargo, esa nube está en movimiento. No es un fenómeno permanente, depende del flujo del viento. En cuanto cambie su curso, volverán formarse los huracanes pronosticados. Más aún, cuando nos queda por delante los meses más activos de la temporada ciclónica: agosto, septiembre y octubre.

El respiro que nos ha proporcionado la nube del Sahara puede estar llegando a su fin. Si aún no tienes un seguro de inundación, nuestro consejo es que lo adquieras de inmediato. Con la que está cayendo, solo faltaría que una lluvia asociada a una tormenta te juegue una mala pasada y te arruine tu mayor inversión.