Régimen cubano impide salida de Omara Ruiz a Estados Unidos
La profesora Omara Ruiz Urquiola, una de las acuarteladas en la sede del Movimiento San Isidro durante la huelga de hambre de varios activistas en reclamo por la liberación del rapero Denis Solís, fue impedida de viajar este viernes a Estados Unidos, donde recibe atención médica por el padecimiento oncológico que sufre desde hace varios años.
UNIVISTA TV WEB
«Me dicen en la aerolínea que mi prórroga está vencida y que vaya a Emigración, que ellos me autorizarán. (…) Mi cita médica es el lunes», escribió en su muro de Facebook desde el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, y compartió una foto suya.
De acuerdo con la activista, la prórroga de su pasaporte, que vence en 2022, se hace de manera expedita en la terminal aérea. «Por el Covid autorizan al momento en Emigración del aeropuerto. A todos menos a mí», señaló.
En el foro de su publicación, Marie-France Oliva apuntó: «El trabajo del aerolínea es mirar la visa solamente… es una falta de respeto de nuevo».
A lo que Ruiz Urquiola respondió: «Estaban esperándome».
Omara había comentado el 19 de enero que temía que el régimen le evitara viajar en represalia por su activismo y participación en las acciones del Movimiento San Isidro, a pesar de que tenía su visado en orden y había realizado esos viajes en ocasiones anteriores.
En una publicación en Facebook, mostró a un grupo de agentes de civil que la siguieron ese día mientras asistía a una cita en la Embajada de EEUU en La Habana. «Me filmaron y yo los fotografié. Más tarde, a mi salida, patrulla y esbirros en la esquina. Los burlé», denunció.
«Estoy herida, pero la muerte la decidirá Dios, y eso escapa al entendimiento precario que les permite tragar y balbucear. Si intentan el menor irrespeto el viernes en el aeropuerto, les voy a virar la vida al revés, la que me queda es pa’ gastarla contra ustedes. Me sobran hace rato, si me regalan el argumento me van a conocer», terminó su mensaje.
Desde que la policía política asaltó la sede del Movimiento San Isidro el 26 de noviembre pasado, tanto Ruiz Urquiola como el resto de los acuartelados han sufrido toda clase de acciones represivas, desde arrestos domiciliares, interrogatorios, detenciones y amenazas, así como una campaña de criminalización ininterrumpida en los medios oficiales.
