Seis coberturas que forman el seguro de tu casa
El seguro de casa usualmente está formado por seis coberturas que protegen financieramente los diferentes aspectos de una propiedad. Cada una de ellas está limitada por un monto máximo que se puede ampliar o reducir a conveniencia.
La cobertura A: cubre los daños que ocurran en la estructura de la vivienda causados por un incendio, desperfecto eléctrico, salidero de agua, un terremoto, un huracán, vandalismo o robo. Están excluidas las estructuras de la casa que estén separadas de la vivienda principal y los daños provocados por una inundación.
Cobertura B: Protege otras estructuras. Es decir, cubre las estructuras separadas de la vivienda principal: cuarto de herramientas, la cerca, el driveway, el cuarto de invitados o un garaje que esté separado de la vivienda.
Cobertura C: se encarga de la propiedad personal. Todo lo que esté dentro de la casa, en caso de sufrir un daño cubierto, puede ser reemplazado hasta los límites que marque la cobertura. Generalmente excluye joyas muy caras y piezas de arte, para protegerlas deben tener su propia póliza.
Cobertura D: También conocida como gastos de subsistencia adicionales. Cubre el alquiler de otra casa y los gastos que ocasione vivir fuera, mientras que reparan la propiedad cubierta dañada.
Cobertura E: Esta cubre la responsabilidad personal por daños a otras personas. Se utiliza para enfrentar las demandas judiciales de personas que sufran daños dentro de tu propiedad.
Cobertura F: Cobertura de pagos médicos por lesiones a terceros. Cubre las facturas médicas y los costes de posibles demandas judiciales de alguien que se accidente dentro de la propiedad cubierta.
Si el electricista que trabaja en tu casa, se enreda con una manguera que dejaste desorganizada, se cae y se rompe la clavícula, la Cobertura F del seguro le pagará los gastos médicos y las demandas. Si la mata de aguacate, que está enferma desde el verano pasado, se cae sobre el techo del vecino, la Cobertura E te protegerá.
No hace falta aprenderse de memoria las diferentes coberturas. Pero es importante sentarse con un asesor de seguros para ver si, por las características de tu propiedad, son suficientes o necesarias para proteger tu principal activo.
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