¿Vuelven los Amarillos? Marrero ordena a carros estatales apoyar con el transporte en Cuba

Aunque Ud. no quiera creerlo o le convenga creerlo, es probable que vuelvan a la vida nuestra – a la de aquellos que viven en Cuba, los que resisten y los que se resisten – los amarillos; aquellos agentes que, de conjunto con los azules, intentaron infructuosamente durante los años 90 resolver la crisis del transporte en Cuba.

Según se conoce desde ayer miércoles, el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, ordenó a los conductores estatales apoyar la transportación de pasajeros. Según afirmó este viejo baboso y acosador de mujeres, se hace «imprescindible el uso del transporte estatal en apoyo a la transportación de pasajeros (…) en medio de la compleja situación que vive nuestro país», dijo al referirse a Cuba.

Así lo afirmó el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz.

A través de un hilo de Twitter el funcionario dijo que había indicado al ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, «organizar la correcta aplicación de la medida», y como él vive en una dictadura, ordena y manda, agregó que el incumplimiento de esta medida «se considerará una indisciplina grave».

No hay nada nuevo bajo el sol con esta medida dirigida a los jefes de organismos estatales, que a todos los niveles deberán garantizar el cumplimiento de la disposición del violador Manuel Marrero Cruz, que ahora como Primer Ministro intenta solucionar con un decreto la crisis del transporte en Cuba.

Para hacer más risueña su disposición, agregó un hashtag: #SaldremosAdelante, un hashtag que, si Ud. se detiende a mirar el pasado, se dará cuenta que el problema del transporte en Cuba nunca se solucionó, así que no sé qué vio Marrero con su decreto para decir «saldremos adelante».

Esto será, como diría el gran filósofo de la miseria en Cuba, el recién defenestrado Yusuam Palacios, es «más de lo mismo». Ya esto lo vimos y lo vivimos en momentos anteriores, en crisis anteriores.

Cualquier cubano que vivió los 90´, recordará cómo aquellos inspectores, los amarillos y los azules – como cariñosamente le llamaron los cubanos – se situaban en las paradas de ómnibus y carreteras para, detener vehículos estatales, preguntarles hacia donde se dirigían, tal vez chequear su hoja de ruta, y proceder luego a montarle uno, dos, tres o cuatro pasajeros ( o más, si era una guagua o un camión)

¿Se solucionó el problema o la crisis del transporte en Cuba con los inspectores aquellos? No. ¿Se solucionará ahora? Tampoco.

¿Qué le hace pensar a Marrero que sí? Solo su optimismo de jerifalte castrista.

Sin embargo, algo de cierto tienen sus palabras: Cuba atraviesa una profunda crisis en su sistema de transporte.

Las causas son variadas y van desde el problema con el déficit de combustible, a pesar del cabo que le han tirado Venezuela, Rusia e Irán, principalmente en estos últimos dos años; y también debido al pésimo estado del parque automotriz. La isla conserva todavía, en su parque automotriz, con verdaderos esperpentos vivientes de la época sovietizalizada: los conocidos Zil 130 y los llamados «gazitos». También todavía circulan «guasabitas», «leyland», «hinos» y «Kamaz», pero son los menos.

Este raquítico parque automotriz ha provocado que por ejemplo, en Cuba se haya considerado volver a la época de las bicicletas.

Recientemente se habilitó el alquiler de bicicletas en La Habana, pero a un precio de espanto, $500 pesos diarios; imposible de pagar para la mayoría de los cubanos, sobre todo para los estudiantes y jóvenes que son, tradicionalmente, los más propensos a utilizarlas.

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