El calvario de comprar en Cuba

Un artículo de Fernando Donate Ochoa, expone la dura realidad de comprar en Cuba, ante el desabastecimiento, las colas, los altos precios y el contrabando.

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“Desde las seis de la mañana estoy en la cola del banco. Cuando llegué ya había muchísimas personas esperando. Eso es todos los días”, comenta Marcos Álvarez, quien intenta depositar euros en el saldo de su tarjeta magnética para comprar en las tiendas en MLC.

“No sé si las colas son por la reducción del horario de trabajo por el coronavirus o porque los empleados son lentos”, dice Marcos con un marcado enojo en su tono de voz y en su expresión facial, reportó Diario las Américas.

Comprar en Cuba

Finalmente, Álvarez desistió de realizar el trámite y pagó 500 pesos cubanos a una persona que al día siguiente, en su tercer intento, le permitirá ser uno de los tres primeros. “Es la única manera de hacer el depósito sin madrugar y perder toda la mañana en la cola”, dice.

Disímiles son los inconvenientes que dificultan a los cubanos la compra en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), una forma de venta con tarjetas magnéticas asociadas a cuentas bancarias establecida en más de 70 establecimientos estatales abiertos en toda Cuba.

A pesar de sus dos años, y después de un precario inicio y un inestable desempeño, este sistema de comercialización muestra fisuras en el procedimiento. Las perpetuas dificultades están en cada gestión del cliente: la solicitud de la tarjeta magnética, su recogida, la realización del depósito bancario y la compra en las tiendas.

La agonía comienza a la hora de solicitar la tarjeta magnética en el banco. Se repite la historia de las largas colas y el pago para obtener uno de los primeros turnos. La constante demanda de tarjetas ha obligado a las instituciones bancarias a organizar el trámite. De lunes a sábado, a las 8:30 de la mañana, una empleada recoge, según la cola, 15 carnés de identidad y por ese orden llama a los clientes.

Factores en Cuba

Otro factor en contra son los apagones diarios que paralizan los trámites bancarios. “Tengo cuatro personas por delante para solicitar la tarjeta. Llegué bien temprano y estoy aquí rezando para que no quiten la corriente”, dice María Karla Gómez, quien teme, junto a otro grupo de personas, que un apagón detenga el trámite y pierda toda la mañana en la cola del Banco Popular de Ahorro (BPA), situado en la intercepción de las calles Maceo y Aguilera de la ciudad de Holguín.

Durante el recorrido por varios bancos, CubaNet apreció cómo los organizadores de las colas, con diferentes pretextos, priorizaban a algunas personas. No se comprobó si lo hacían a cambio de dinero, aunque los presentes no descartaron esa posibilidad. “A esa señora la colaron porque hace cinco minutos me pidió el último. Y cuando reclamé me dijeron que ella tenía prioridad porque estaba dando continuidad a un trámite. Si eso es cierto, ella no me hubiera preguntado el último”, dice un señor que hace la cola en el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) de la calle Arias.

Una vez concluido el trámite de solicitud, la demora del banco para la entrega de la tarjeta podría tardar más de dos meses. Durante la recogida de la tarjeta y el depósito del dinero en la cuenta el interesado tendrá que vivir una experiencia similar a los de la gestión de solicitud: madrugar, hacer cola o pagar y rezar.

A partir del 21 de junio el régimen cubano suspendió temporalmente la aceptación de depósitos bancarios en efectivo de dólares estadounidenses.

Sin embargo, en los bancos continúan las interminables colas para los depósitos en efectivo de otras divisas libremente convertibles aceptadas en Cuba.

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