Uno de los peores momentos para un negocio es cerrar por causas ajenas. Por ejemplo, porque se lleva a cabo una obra en la vía pública que da acceso al local, o si en el centro comercial donde se ubica el negocio tienen que acometer una gran reforma.
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Aunque no esté obligado a cerrar, si las circunstancias impiden o dificultan el paso de los clientes al negocio se produce una pérdida de ingresos que se puede traducir en bancarrota. Sin embargo, si el negocio cuenta con un seguro de interrupción de actividad comercial esta cobertura le protegerá de las pérdidas registradas durante el cierre.
Por lo general el seguro de interrupción de actividad cubre los gastos fijos del negocio, como alquiler, impuestos, préstamos y salarios.
A veces, la interrupción la origina un proveedor de la materia prima esencial para el negocio. Por ejemplo, una empresa de confecciones de pantalones cuyo proveedor de telas, de repente, deja de suministrar. El seguro de interrupción de negocio podría cubrir las pérdidas asociadas a este incidente, mientras que el negocio busca nuevas alternativas comerciales.
Por lo general, la cobertura de interrupción de negocio está incluido en el paquete de seguro de propietario de negocio – BOP-. No obstante, es tarea del dueño revisar si los riesgos específicos que pudieran interrumpir la actividad de su tipo de negocio se encuentran debidamente cubiertos.
No se trata de tener un seguro porque la ley obliga. Se trata de que ese seguro sea lo más eficiente a la hora de protegerte en los distintos escenarios que debe atravesar el negocio. .